Sábado por la mañana:
Lola aparece en la cocina bostezando, con el pelo enmarañado y los ojos medio entornados...
- Ya era hora chiquilla, creí que no te levantabas... Por cierto, llevas el pijama del revés.
- Tíoo, que sueño tenía, es que me costó un huevote dormir, me he despertado por el olor del café, mmmmmmmm, ¿has hecho para mí no?
- Claro, estoy preparando tostadas con mantequilla y mermelada, ¿la quieres de fresa?
- Ouuu yeaaaah, es mi desayunito preferidito, ya estoy de buen humor para todo el día. ¿A qué hora te has levantado tú?
- A las 8.30 pero aún no he desayunado porque quería esperarte. He bajado a por el pan y he ido a abrirle las ventanas a Don Francisco, luego tengo que bajar a regarle las plantas...
- ¿Nos compramos un periquito azul? Mmmm, qué bueno el café
- ¿qué quieres hacer hoy a parte de comprar un periquito?
- Podríamos salir a pasear aprovechando que está nublado, me gusta andar por Valencia porque está todo llano y me canso menos. Alicante es una cuesta y no hay parques, a parte de que siempre huele a mierda de paloma...
- Eres la primera persona que conozco que le gusta pasear en días nublados
- Me gustan los días nublados porque son como yo. No son del todo tristes pero tampoco son la alegría de la huerta...
- Tú tienes muy buen humor aunque no te lo creas. Al menos para las cosas de los demás eres muy positiva, a mí siempre me animan tus palabras y supongo que para los que te rodean también. Lo malo es que para tus cosas eres más negativa...
- Sí... te juro que lo intento pero es que no puedo. Llevo muchos años viviendo en una mentira. Los años de instituto lo pasé muy mal porque me sentía diferente. Una pieza que no encaja en un puzzle gigante, no sólo que no encaja sino que no hace falta... Siempre tenía que estar de buen humor aunque no me apeteciese, en mi casa no tengo intimidad para llorar y muchas veces me siento responsable de lo que pasa. Cuando estoy triste a mi madre se le pega y eso no es del todo justo. No puedo ser fuerte siempre para que los demás no caigan. A veces me apetecería mandar todo a la mierda y ponerme a llorar. Y lo triste es que aunque me siento diferente en realidad no lo soy porque todos sentirán cosas diferentes y lo mejor es que ellos lo aceptan bien y sobreviven mejor que yo... En fin, pásame la mermelada fresa
- Yo sí que creo que eres diferente. Vamos a ver, todos tenemos nuestros problemas y nuestras dudas existenciales que más o menos son un poco universales. Yo no entiendo de personas, eso se te da bien a ti. Pero siento cosas diferentes cuando te miro a ti. Tus ojos dicen cosas distintas que los ojos de los demás. Sé que esto no te servirá de mucho pero es lo que siento. Y siento que tienes algo especial que no sé explicar y que otra gente después que yo también lo verá. ¿No prefieres un periquito verde?
- Bueeeeno, luego los vemos, me voy a duchar y en un plis estoy lista. Déjame algún jersey tuyo anda...
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