21/8/08

45

Salimos del restaurante un poco demasiado contentos porque nos pasamos con la margarita. Pero tampoco pasaba nada. No teníamos nada que hacer ni conducir ni nada así nos lo tomamos con filosofía.

- Oye Javi, creo que debería de llamar a mi novio para decirle que no me esperen.
- Vale Lola pero pon el altavoz
- ¿El altavoz? ¿Para qué?
- No sé, quiero saber como suena su voz
- Bueno pero creo que eso es una violación de la intimidad
- Que más da. Si él no sabe ni que existo. Por cierto, ¿por qué nunca le has hablado de mi?
- Mmm, no sé. No hablo mucho con él de esas cosas. Además eres mi pequeño secreto. Y tampoco hay necesidad de ponerle paranoico. Sssssh que ya da tono...

Lola puso el altavoz. Le entraba la risa y a mi me encantaba verla reir a carcajadas... Empezó a hablar con él. La verdad es que yo odiaba a su novio, parecía el típico gilipollas aprovechado recien sacado de una película de instituto americano, pero claro, esas cosas tampoco se las podía decir a ella porque siempre salía en su defensa, lógicamente...

- Oye cariño
- Lola, espero que tengas una buena excusa para no haber avisado
- Uff, es que estaba en el tren y de repente lo han asaltado unos vaqueros y me han pedido las joyas pero ya sabes que yo nunca llevo joyas pero entonces...
- Lola, no me taladres. Para mi mejor que no hayas venido porque así me puedo sentar al lado de mis amigos. Nosotros nos podemos ver cualquier otro día.
- Tus amigos también son los míos. Iban a mi clase mucho antes de que tú llegaras al colegio. Además, os habéis ido de la estación sin mí.
- Bueno nena, pero no te enfades por eso. Mañana te saco a cenar para compensarlo vale?
- No me llames nena joder, no soy tu nena, soy tu novia. Llevamos dos años saliendo y además me puedo sacar yo sola porque hoy me he comprado un bozal y una correita a juego con los zapatos...
- Bueno Lola, no me jodas el día con tus cosas que me lo estaba pasando muy bien. Ya mañana hablamos eh

El muy cabrón colgó el teléfono y yo me estaba mordiendo la lengua para no gritarle cuatro cosas. A Lola le cambió la cara por completo pero en unos segundos volvió a sonreir y me dijo: "¿nos vamos a nuestro bareto?"

Yo sabía que ella por dentro sufría pero tampoco quería presionarla con preguntas así que nos fuimos a "nuestro" bar. Era un bar de barrio. De tanto ir nos hicimos amigos del dueño y la verdad es que casi siempre iban las mismas personas así que casi toda la gente nos sonaba. Jugábamos a los dardos, bebíamos cerveza y hablábamos de vez en cuando con algún punkarra...

- Iñakiiiiiiiiiii (era el dueño)
- Hombre qué sorpresa, si ha venido mi Lola a verme

Iñaki salió de detrás de la barra y le dio un abrazo a Lola. La verdad es que se llevaban bien porque iñaki estaba medio tarado y Lola le seguía el rollo... y viceversa. A veces se habían ido juntos a algún concierto. Iñaki era un buen tipo, hasta yo lo quería con lo antipático que soy...

- ¿Qué tal pareja? ¿Qué os pongo?
- Un power metal - dijo Lola, y se puso a golpear la barra gritando "power metal, power metal"
- No, no, no le pongas más alcohol que ya viene tocada. Pon dos cafés con leche anda
- Iñaki si me das el micro os canto una canción de Leño o de Extremoduro
- Eso está hecho
- Ostia no Iñaki, no le sigas el rollo que lo hace de verdad
- Ya sé que lo hace, por eso se lo doy. Pero Lola te tienes que subir a la barra.
- Puf, creo que me da vértigo

Mira yo ahora mismo no recuerdo como empezó todo pero sólo recuerdo que al final Lola cantó una canción de Leño y los cuatro punkis que habían por allí le pidieron un bis. A veces uno se lo pasa mejor cuando improvisa y no sé qué tiene Lola pero con lo antisocial que soy al final acabé subido encima del billar cantando con ella. Liberé mucho estrés acumulado, me lo pasé muy bien.
Luego llegó Marta, que era mi, no sé muy bien qué era porque yo no quería una novia pero tampoco quería estar solo todos los días... A Lola le encantaba Marta porque decía que le gustaba como sonaba su risa pero Marta no soportaba a Lola no sé muy bien por qué. O sí que lo sabía pero me hacía el tonto, que eso se me da de maravilla.

- Hola Javi - me agarró del cuello y me besó
- Hola Marta, ¿cómo estás?
- Bien, hay un jaleo de metros hoy... ¿has esperado mucho?
- Mmmm, llevo aquí ya un buen rato. Es que he venido con Lola
- ¿Está Lola?¿Dónde?
- Sí, está jugando a los dardos con los punkis esos
- Ah, cómo no
- ¿Qué?
- No, nada. Me podías haber avisado y así no venía
- Marta, ¿qué te pasa ahora? No tengo por qué darte explicaciones, no somos novios, puedo salir con quien me de la gana y Lola es mi amiga. Si te molesta que haya venido a verme ahí tienes la puerta.
- ¿Estás eligiendo?
- No Marta, yo no elijo. Te pido que elijas tú.
- Bueno, intentaré soportarlo. Voy a pedirme una cerveza.
- No Marta. Me lo estoy pasando bien y no quiero que te quedes para estar de morros. No tienes que soportar nada. Hay muchas cosas de ti que me encantan pero otras no las comprendo.
- ¿Como qué?
- Tu cinismo por ejemplo
- ¿Me estás llamando cínica?
- Sí. No soporto que vayas de feminista y de madura cuando en realidad aprovechas para meterte con una chica que no te ha hecho nada y que ni siquiera conoces. No entiendo esa envidia y esa maldad
- Claro, como que a ella no le pasará lo mismo conmigo...
- Uy sí, vamos, por eso me ha preguntado por ti mil veces. Lola no tiene esa maldad. Es muy cabrona a veces pero en otras cosas. Pero le gusta estar con chicas. Sus amigas ahora le están dando bastante por culo y quizás necesite el cariño de otra fémina. Además me ha dicho que le encanta el sonido de tu risa. Cosa que yo no me había fijado antes pero que estoy de acuerdo con ella.
- Vale Javi, quizás tienes razón. Sé que soy dura con ella y no me he molestado en conocerla pero es que joder es como Heidi. Tiene una especie de alegría contagiosa y además tú la miras de una forma tan cariñosa...

Lola se dio cuenta de que había llegado Marta y fue corriendo a saludarla con todos los dardos en la mano.
- Marta! Cuánto tiempo sin verte!
Marta iba a darle dos besos pero Lola le pegó un abrazo y de paso me pinchó con un dardo...
- Hola Lola, cómo estás
- Bien. Estás muy guapa con ese corte de pelo
- Eeh, gracias
- Bueno, voy a terminar esta partida antes que me hagan trampas. Ahora vengo

Marta me miró. Bebió de su jarra y me dijo: "a veces parece una chiquilla, tal vez le de una oportunidad". Yo prefería que se llevaran bien porque así era más cómodo para mi pero tampoco me preocupaba mucho. Yo conocía a Lola bien y me daba igual como la viera Marta. Por dentro la veía sufrir aunque estuviera riendo a carcajadas y hablando por los codos. Es muy difícil establecer una conexión de ese tipo con alguien porque todos llevamos una especie de máscara. Por eso no iba a desaprovechar la relación con Lola. Ambos nos conocíamos y respetábamos los delirios del otro.

Marta se esforzó aquella noche para establecer algún contacto con Lola. Empezaron a hablar por temas fáciles: los exámenes de la carrera, el verano. Luego coincidieron en el mismo sabor de helado, algún libro, alguna película... y al final Marta le acabó contando cosas muy personales que yo desconocía por completo. Parece que Marta se quedó bastante relajada contando su vida a alguien que escuchaba así que aprovechó un momento que Lola no miraba para decirme por lo bajo "tenías razón".

Marta muchas veces se quedaba en mi casa a dormir para pasar la noche juntos pero nunca se quedaba si Lola también dormía allí así que supuse que esa noche no se quedaría, pero me equivocaba.

- Oye Marta, si quieres te acerco a tu casa ya antes de que se haga más tarde.
- Ah bueno, pensaba que me quedaba a dormir hoy en tu casa
- Ah, pues como quieras. Pero sin hacer mucho ruido que Lola estará en la habitación de al lado.
- No pero hoy no me voy a acostar contigo. Vamos a hacer una fiesta de pijamas.
- ¿Qué? Marta estás irreconocible. Todos los días estás enfadada por algo y hoy vas a hacer una fiesta de pijamas?
- Sí. Lola y yo vamos a ver Eduardo Manostijeras
- Joder, lo que me faltaba. Dos gallinas cacareando toda la noche.
Lola se acercaba con otra cerveza y nos interrumpió:
- Anda ya Javi, como que a ti no te gusta ser el gallo del corral. Por cierto, nos podrías dejar tu cama de matrimonio y tú dormir en la habitación pequeña.
- Bueno, como gallo del corral entonces debería de dormir en medio de las dos. ¿En serio vais a dormir juntas?
- Síiii - dijeron las dos a la vez
- Joder Marta. Tú tardaste en acostarte conmigo un mes y hoy te acuestas con Lola la primera noche que hablas con ella. Muy bonito.
- Es que ella tiene tetas más bonitas que las tuyas -dijo Marta guiñando un ojo a Lola y chocándole la mano.
- Sí señor! Ya sabes que hoy te toca trabajo manual querido Javi - dijo Lola
- Oye de repente tengo una ligera sensación de estar siendo atacado por dos... eh, como lo diría yo... guarras
Se empezaron a reir y brindaron. Nos fuimos a casa y efectivamente me tiraron de mi propia habitación. Me daba la sensación de que necesitaban estar las dos solas así que me retiré a la habitación pequeña. Ellas se pusieron una película y comieron helado de chocolate. Yo me dormí pero al rato me levanté para ir al aseo y las espié por la rendija de la puerta. Estaban viendo una película porno. Pero comentaban todas las escenas y se partían de risa. Habían bajado el volumen y ellas mismas doblaban las escenas... En fin, aunque me habían echado descaradamente me alegraba saber que habían congeniado...


2 comentarios:

amalia dijo...

:D

Lola dijo...

¿cómo podía beber power metal? qué tiempos!! y hace mil que no me tomo una margarita :(