Llegó el día de la boda de mi madre. Parece el título de una película americana pero no lo es. Se casó por lo civil y había más familia por parte del novio que de mi madre. Yo me tenía que sentar en la mesa de los novios porque para eso era el padrino, pero fue un poco putada porque Lola y Txema estaban en otra mesa con gente desconocida. Desde mi sitio podía verlos muy bien y no paraban de reír. Yo me aburría, me sentía como un niño pequeño aunque enseguida se me pasó porque tampoco era justo para mi madre.
Lola estaba guapísima. Me hubiera casado con ella en el mismo momento que apareció en los Juzgados y estaba deseando poder decírselo. Así que en cuanto sirvieron la tarta me cambié de mesa. Eran todos jóvenes así que tenían buen rollo. Lola estaba ayudando a Txema a ligar con una chica pero no quise ni preguntar porque cuando se juntaban los dos para hacer el ganso prefería mantenerme al margen...
Me sentía un poco fuera de lugar. Y para colmo Lola se había pasado con el vino. Bueno, en realidad todos los de la mesa iban borrachos. Y yo no. Otra putada.
- Javi, vas muy guapo con corbata
- Tú también estás muy guapa.
- Pareces un Ken así que vamos a buscar a tu Barbie
- No quiero ninguna Barbie
- Ya sabía yo que Ken no era de fiar... Mira te voy a presentar a los de la mesa. Atensión!! Todos los de la mesa!! Mirad, este es Javi, es el hijo de la novia. Javi, estos son Mesa. Disculpad pero he olvidado vuestros nombres. Venga, decidle a Javi: Hola Javi!!
- HOLA JAVI!!!
- Hola a todos, encantado. Ejem, Lola, siéntate.
- ¿Por qué? Si va a empezar el baile. Y qué bueno, una orquesta. Yo también quiero una orquesta para mi boda. ¿Crees que me dejarán cantar alguna canción?
- No lo creo Lola, esta gente es profesional y a ti siempre te echan de los karaokes.
- Pues en mi boda me dejarán cantar porque seré la jefa. Javi...
- ¿Qué?
- Jijiji, estoy borrracha
- Ya te veo. Mira Txemita, ¿con quién está?
- No me acuerdo como se llama, pero esa chica estaba sentada a mi lado y le he comido el tarro. Creo que ha funcionado.
- Luego dices que soy cruel con las mujeres.
- Si estamos en una boda, hoy todo vale
- ¿Todo todo?
- Sí
- Está bien saberlo.
- Oye que no empieces con indirectas eh, ves al grano
- Si no he dicho nada Lolita. ¿Vas a bailar?
- Sí, pero ahora cuando empiece la música. O bueno venga, voy a bailar ya. Mira que ritmo llevo en la sangre. - Se levantó y se fue a la pista de baile, pero la paré. Porque no entiendo que con lo tímida que es luego no le importa hacer el ridículo, aunque no hubiese bebido también lo haría...
- No Lola, ven, siéntate. Cuando empiece la música bailamos vale?
- ¿Vas a bailar conmigo?
- Claro. Voy al baño, ahora vengo.
- Te acompaño.
- Lola, no puedes entrar al aseo de chicos.
- Claro que puedo
Y entró. Y había un hombre lavándose las manos y le llamó la atención:
- Señorita, me parece que se ha confundido de baño. Este es el de caballeros.
- No señor, no me he confundido, en realidad soy un caballero a punto de cambiarse de sexo así que fíjese qué dilema tengo. Aún no sé a qué baño debería entrar...
- Discúlpela señor, es que las bodas no le sientan muy bien. Venga vamos Lola.
- Oye Javi, ¿por qué no nos enrollamos ya y acabamos con esta tensión?
- Porque primero, estamos en la boda de mi madre. Y segundo, estás borracha. Luego puedes decirme que me aproveché de ti o peor aún, que no te acuerdas de nada.
- Pero qué legal eres a veces chico...
- Cuando hay que hacer las cosas bien se hacen bien y punto.
- Bueno vale, otra oportunidad perdida. Que sepas que esto no va a pasar nunca...
Pues sí, fue otra oportunidad perdida. O quizás nos evitamos cometer un error... Las bodas creo que nos ponen sentimentales a todos, o a casi todos. Así que yo me planteé que de ahora en adelante debía actuar correctamente. Ya no era un niño. Y por algo se debe empezar...
Lola estaba guapísima. Me hubiera casado con ella en el mismo momento que apareció en los Juzgados y estaba deseando poder decírselo. Así que en cuanto sirvieron la tarta me cambié de mesa. Eran todos jóvenes así que tenían buen rollo. Lola estaba ayudando a Txema a ligar con una chica pero no quise ni preguntar porque cuando se juntaban los dos para hacer el ganso prefería mantenerme al margen...
Me sentía un poco fuera de lugar. Y para colmo Lola se había pasado con el vino. Bueno, en realidad todos los de la mesa iban borrachos. Y yo no. Otra putada.
- Javi, vas muy guapo con corbata
- Tú también estás muy guapa.
- Pareces un Ken así que vamos a buscar a tu Barbie
- No quiero ninguna Barbie
- Ya sabía yo que Ken no era de fiar... Mira te voy a presentar a los de la mesa. Atensión!! Todos los de la mesa!! Mirad, este es Javi, es el hijo de la novia. Javi, estos son Mesa. Disculpad pero he olvidado vuestros nombres. Venga, decidle a Javi: Hola Javi!!
- HOLA JAVI!!!
- Hola a todos, encantado. Ejem, Lola, siéntate.
- ¿Por qué? Si va a empezar el baile. Y qué bueno, una orquesta. Yo también quiero una orquesta para mi boda. ¿Crees que me dejarán cantar alguna canción?
- No lo creo Lola, esta gente es profesional y a ti siempre te echan de los karaokes.
- Pues en mi boda me dejarán cantar porque seré la jefa. Javi...
- ¿Qué?
- Jijiji, estoy borrracha
- Ya te veo. Mira Txemita, ¿con quién está?
- No me acuerdo como se llama, pero esa chica estaba sentada a mi lado y le he comido el tarro. Creo que ha funcionado.
- Luego dices que soy cruel con las mujeres.
- Si estamos en una boda, hoy todo vale
- ¿Todo todo?
- Sí
- Está bien saberlo.
- Oye que no empieces con indirectas eh, ves al grano
- Si no he dicho nada Lolita. ¿Vas a bailar?
- Sí, pero ahora cuando empiece la música. O bueno venga, voy a bailar ya. Mira que ritmo llevo en la sangre. - Se levantó y se fue a la pista de baile, pero la paré. Porque no entiendo que con lo tímida que es luego no le importa hacer el ridículo, aunque no hubiese bebido también lo haría...
- No Lola, ven, siéntate. Cuando empiece la música bailamos vale?
- ¿Vas a bailar conmigo?
- Claro. Voy al baño, ahora vengo.
- Te acompaño.
- Lola, no puedes entrar al aseo de chicos.
- Claro que puedo
Y entró. Y había un hombre lavándose las manos y le llamó la atención:
- Señorita, me parece que se ha confundido de baño. Este es el de caballeros.
- No señor, no me he confundido, en realidad soy un caballero a punto de cambiarse de sexo así que fíjese qué dilema tengo. Aún no sé a qué baño debería entrar...
- Discúlpela señor, es que las bodas no le sientan muy bien. Venga vamos Lola.
- Oye Javi, ¿por qué no nos enrollamos ya y acabamos con esta tensión?
- Porque primero, estamos en la boda de mi madre. Y segundo, estás borracha. Luego puedes decirme que me aproveché de ti o peor aún, que no te acuerdas de nada.
- Pero qué legal eres a veces chico...
- Cuando hay que hacer las cosas bien se hacen bien y punto.
- Bueno vale, otra oportunidad perdida. Que sepas que esto no va a pasar nunca...
Pues sí, fue otra oportunidad perdida. O quizás nos evitamos cometer un error... Las bodas creo que nos ponen sentimentales a todos, o a casi todos. Así que yo me planteé que de ahora en adelante debía actuar correctamente. Ya no era un niño. Y por algo se debe empezar...