28/10/08

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Llegó el otoño después de un verano sin ninguna emoción. Lola comenzó la universidad en Alicante y una vez más frustró la ilusión de hacer lo que quería hacer para hacer lo que en ese momento debía hacer. Es decir, estudiar Trabajo Social y no Filología por ejemplo. Seguía trabajando en el McDonald's pero en el turno de noche porque tenía clase por la tarde y por la mañana se encargaba de su hermano pequeño.

Como yo no tenía clases porque estaba con el proyecto me fui quedando cada vez más tiempo en Alicante, así estaba más cerca de Lola por si necesitaba algo, aunque casi nunca la veía porque la relación con su novio empezó a ir más o menos bien (después de 2 años). Mi madre había convertido mi habitación en una sala de estar. No me molestaba, llevaba un montón de años fuera de casa y en realidad no tenía intención de volver. Nos llevábamos bien aunque yo no quería interrumpir su ritmo de vida, tenía novio. No es que yo tuviese trauma por no haber conocido a mi padre pero a estas alturas convivir con otro hombre que tuviera actitud paternal hacia mí me incomodaba. Por eso decidí independizarme otra vez, aunque hubo algún cambio. Ya no estaba solo porque Txema se había venido conmigo. Era una prueba de fuego porque Txema era como mi hermano, pero vivir juntos eran palabras mayores.

Estar más cerca de Lola suponía estar más lejos de Marta. Cuanto menos daño quiero hacer más daño hago y Marta era la persona que menos se lo merecía. A mi modo la quería pero quizás no fuese suficiente para ella. Soy muy individualista y no sé como hacer feliz a una chica, ni siquiera lo intento. Pero dentro de todos mis defectos con respecto al amor hay algo que creo que hago bien. Y es que nunca las engaño. Me parece cruel dar falsas expectativas. Soy práctico y palabras como "para siempre" o "nunca" las omito de mi vocabulario. A las chicas las trato de igual a igual. No tengo la absurda idea de que todas las mujeres quieren comprometerse y tener un montón de críos. Me explico, no creo que un hombre que se acueste con muchas mujeres sea un macho y que una mujer que se acueste con muchos hombres sea una golfa. Creo que cada uno es libre para satisfacer sus necesidades de la manera que quiera. Estoy hablando de sexo por supuesto. Yo no quiero salir con chicas, ligármelas y luego dejarlas. Sólo he salido con chicas que han querido lo mismo que yo. Las cosas claras desde el principio. Nunca me he avergonzado después, ni me he arrepentido. Cuando la chica pasa la noche en mi casa la trato como si la conociera de toda la vida. Le preparo el desayuno que quiera y desayuno con ella. Cuando es al revés no desaparezco rápidamente. Esa es mi relación con las mujeres. Lola me pegará la bronca en cuanto lea esto seguro...

Marta no fue solo una amante más. También era una amiga. Y la quería como ambas cosas. Pero tenía claro que no iba a luchar por una relación a distancia. Ella se quedaba en Valencia y yo no quería que dependiéramos de un teléfono. Cuando vi que ella quería algo más que una relación esporádica tuve que decírselo y fue más difícil de lo que pensaba.

- Javi no te vayas
- Hace días que no estoy
- ¿Volverás?
- No puedo contestarte a eso
- ¿Es por Lola?
- No voy a mentirte. No te voy a decir que no. Pero tampoco es por ella al 100%
- ¿Entonces?
- Estoy agobiado. Prácticamente he acabado la carrera y no me apetece nada ponerme a buscar trabajo de esto. Llevo muchos años en Valencia y aunque tengo buenos compañeros mis amigos no están aquí. Quiero pasar una temporada en Alicante, pasar tiempo con mi madre, con Txema y sí, también con Lola
- Pero tú la quieres verdad? Quiero decir, que estás enamorado de ella.
- Marta por qué siempre te empeñas en hacer estas preguntas.
- Mira Javi te conozco algo aunque creas que no. Tranquilo, no voy a morirme porque te vayas, pero tenía la esperanza de que por fin saliéramos en serio. Sé que no eres dado a las relaciones pero por lo visto tu amor platónico por Lola es más fuerte que todo lo demás. De hecho creo que alguna vez tendrás que decírselo.
- Decirle que
- Joder pues que la quieres! No es tan difícil, tendrás que asumirlo algún día.
- Tal vez algún día le diga algo, cuando me aclare, de momento puedo seguir viviendo así.
- Entonces no vamos a vernos nunca más?
- Nunca más es mucho tiempo Martita. Igual al irme me doy cuenta de que te quiero y vuelvo como un perro. Soy un bocazas lo siento. Esto no se me da bien. Te voy a echar de menos, eres una buena amiga.
- Ya vale. Esta es la peor ruptura de mi vida. Podrías echarle un poco más de romanticismo a la vida. Mierda, sabía que este momento llegaría y no quería llorar.

Marta rompió a llorar y la abracé. Y así estuvimos un buen rato, abrazados. Sé que lo pasó mal durante un tiempo, pero no acabamos odiándonos. De hecho un tiempo después coincidimos y nos tratamos con cierto cariño. Me presentó a su prometido y me alegré de verla reir a carcajadas. Conmigo nunca se rió así.

Pues eso, que volví a Alicante con la idea rondándome la cabeza. Marta tenía razón, algún día le tendría que decir a Lola lo que sentía...


16/10/08

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No es habitual, en realidad nunca lo he hecho, pero hoy voy a hacer un pequeño paréntesis en mi historia con Lola, aunque la entrada de hoy está directamente relacionada con ella también.

Tengo un blog bastante soso. No tengo enlaces, ni fotos, ni música y hasta hace poco creo que no tenía ni visitas. Sé que tardo mucho en actualizar y no contesto los comentarios. En realidad soy un desastre de blogger, ni siquiera pretendía serlo pero una vez que se empieza algo hay que terminarlo. De todas formas, quiero agradecer todos los comentarios que me dejan, quiero agradecer a todos los que se molestan en leer esta historia aunque no digan nada y también quiero agradecer todos los que han enlazado mi blog al suyo. No contesto por falta de tiempo y de recursos. No tengo teléfono, ni televisión y ahora mismo tampoco tengo ordenador. Pero sí que suelo leer todos aquellos blogs que se han pasado por aquí alguna vez o habitualmente...

Alguna vez he recibido emails diciendo que no se creen esta historia o que por qué no hago tal cosa o qué pasa con Lola y un montón de cosas más. A mi me da igual, quiero decir que esta historia es verídica, lo que pasa es que está contada desde mi punto de vista, de cómo siento yo las cosas. Si le preguntaran a Lola probablemente sería una historia completamente diferente. Que por cierto, Lola, no estaría mal que lo hicieras...

El caso es que esta historia pasó hace tiempo y yo ahora la escribo desde la distancia porque es lo que me apetece. Hace 4 años que no veo a Lola pero nos comunicamos por internet. Además Lola es de esas personas que siempre dan confianza. Si la viera dentro de cien años estoy seguro de que no habría ni un silencio incómodo. El tiempo no cuenta, siempre será como si fuese ayer mismo. Y que conste que nunca he pretendido dejar mal a Lola, de hecho hay cosas que no he contado. Tampoco la adoro como dicen otros, no es una diosa. O bueno sí, quizás la adoro porque es adorable.

Me estoy desviando muchísimo del tema. En realidad hoy quería poner dos cortometrajes que ha puesto ella en su blog. Incluso aparece en los créditos de uno porque ayudó con el sonido... Sólo espero que algún día aparezca en los créditos pero del suyo propio... El caso es que los pongo no sólo por ella sino porque me ha gustado mucho el trabajo que han hecho. Son cortos en plastilina y siempre he admirado la animación en stop motion por el trabajo que conlleva. El primer corto se llama "Quiero ser tortilla" y el segundo "Hasta las huevas". Son cortos encargados por Veterinarios Sin Fronteras así que tratan temas muy específicos. Están realizados por Citoplasmas, una productora de Barcelona cuyos creadores son Irene Iborra y Eduard Puertas. Si queréis ver algún trabajo más personal de ellos podéis verlo aquí.





11/10/08

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Hubo una época en la que Lola se estresó bastante con el género masculino. En menos de un mes la atracaron varias veces. Un yonqui le pidió dinero para comprarse droga y Lola le dijo que no hasta que el yonqui le dijo que no le importaba matarla porque estaba con el mono. Otro tío le robó la mochila y salió corriendo pero Lola lo persiguió, tuvo suerte porque al final el tío le devolvió la mochila... Pero lo peor fue una noche que salió de madrugada del trabajo y un hombre no paraba de seguirla diciéndole cosas asquerosas. Lola se percató de que junto al hombre había también un coche que los seguía con las luces apagadas. Cuando el hombre la agarró del brazo Lola le dio un empujón y salió corriendo. Suerte que era una calle donde había un cuartel de la Guardia Civil porque el hombre se metió rápido en el coche y salieron echando chispas. Me llamó a las tantas, llorando y me lo contó todo.

Fui corriendo a recogerla, creo que fui hasta en pijama.

- Lola, ¿estás bien? ¿te ha hecho algo?
- Sí, estoy bien. Siento haberte despertado. Es que no hay ningún puto taxi y mira, estoy temblando
- Calla, calla. Tranquilízate. - La abracé
- Joder, es que vaya capullo.
- ¿Te has quedado con la matrícula del coche?
- No
- Bueno no pasa nada. Lola no puedes ir un día entre semana a las tres de la madrugada tú sola por la calle.
- Pero si lo hago todos los días.
- Lola pero eres carne de cañón. A estas horas la gente normal duerme y la gentuza sale de caza. No sabes la suerte que tienes, ¿tú no ves nunca las noticias? Imagina que el tío te mete en el coche, o que el conductor sale y te cogen entre dos. No creo que el cerdo ese quisiera jugar a las cartas.
- Joder vale. No me pegues la bronca ahora. Yo no tengo la culpa de que me pongan todos los días en el turno de noche. Además antes de llamarte a ti he llamado a mi novio pero a estas horas tiene el teléfono apagado.
- Claro Lola. Es normal tener el móvil apagado porque como tú eres SuperGirl...
- Joder Javi, vale ya
- Coño Lola lo siento. Es que no sabes el susto que llevo en el cuerpo. Ahora mismo tengo ganas de reventarle la cabeza a alguien. Y me jode porque tú estás todas las noches sola y tu novio duerme tranquilamente. No lo entiendo. Si él no te quiere recoger yo lo haré.
- Claro y que vas a venir de Valencia todos los días no?
- Tienes razón...

Al día siguiente estábamos dando un paseo por la Explanada y en esa zona hay mucha venta ambulante entonces había como un puesto de marroquinería y varios tío empezaron a decirle algo a Lola y a lanzarle besos. Yo le dije a Lola que pasara y que no les hiciera caso pero entonces el grupo de tíos empezó a reirse y uno de ellos le enseñó el pene. Ahora lo recuerdo y me hace gracia pero en esos momentos creí que Lola iría a la cárcel porque se avalanzó sobre el tío y comenzó a pegarle. El grupo de tíos creo que se asustó un poco con aquella reacción porque supongo que estaban tirando toda la tarde besitos a todas las chicas que pasaban y no se esperaban que alguna de esas chicas le destrozara el puesto de bolsos.

El caso es que Lola se volvió loca. Empezó a decir un montón de tacos ofensivos que incluían a Alá y los cojones de Mahoma y dió una patada al puesto. Luego al tío ese le empezó a pegar con el bolso. Yo la intenté separar pero no pude.

- Lola venga tranquila. Déjalos en paz
- No les pienso dejar en paz. Suéltame

La cogí de la cintura y fue peor porque aprovechó para dar patadas voladoras. Los tíos empezaron a gritarnos en árabe, yo no entendía una mierda pero Lola los insultaba en italiano (porque tenía un compañero siciliano que le había enseñado todos los tacos). Estaba poseída y pensé que en cualquier momento le iba a estallar la vena del cuello. Le susurré en el oído que no podía pegar a la gente, que era delito. Se soltó y empezó a gritarme a mí también.

- ¿Que no puedo pegar a la gente? ¿Que no puedo pegar a la gente? ¿A mi me pueden enseñar la polla y yo no puedo pegar a la gente?
- Vale Lola, dale caña

Entonces Lola se giró y le dio otra vez con el bolso
-Mira tío, voy a pasar por aquí todos los días. Trabajo ahí mismo y voy a vigilarte. Como te vea que haces un comentario ofensivo a alguna mujer o que te desabrochas algún botón del pantalón te juro por todas las religiones del mundo que vengo y te rebano la polla. Y ahora mismo quiero que me pidas perdón.
- Perdona señora
- Señora no. Señorita. ¿Sabes cuantos años tengo desgraciado? Tengo 19 años y tú me doblas la edad. Da gracias a dios que la tuya no es la primera polla que veo porque si no te hubiera cortado en pedazos. Estoy hasta las narices de esa mentalidad así que recuerda hoy cuando te vayas a la cama que una chiquilla te ha reventado la nariz.

Lola tuvo suerte otra vez porque ganó a aquel grupillo de pervertidos porque si se hubieran puesto chulos me hubiera tocado pringar. Menos mal que la cara de loca le sale bien...
No sé porque hoy me ha venido a la cabeza esa anécdota. Será que hoy he visto como un grupo de chicos le decían cosas obscenas a una chica. Creo que la chica no tendría ni 15 años y la pobre se ha puesto a llorar. He estado a punto de decirles algo a los chavales pero al final me he callado y ahora me siento como un capullo. Me pongo en el lugar de Lola o de cualquier chiquilla y me siento mal. Y eso que es una sensación que dudo que la mayoría de hombres sintamos alguna vez. Lo que pasa es que Lola vive en un universo paralelo de cómic de Sin City o algo así...