25/2/09

65

Efectivamente, a los pocos días Txema cogió la varicela aunque no le dio tan fuerte como a mí. Yo estaba eufórico de haber recuperado mi amistad con Lola. Ya podíamos estar los dos solos en una habitación sin sentirnos incómodos. De todas formas, aunque me encontraba bien siempre tenía la esperanza de que pasara algo entre los dos pero ya no iba a forzar las cosas. Claro que por otra parte Lola era tan orgullosa que probablemente no me diría nada así que estaba atento a las señales...

Volvíamos a tener nuestras conversaciones absurdas, nuestras sesiones de cine, nuestras tardes perdidas y lo mejor de todo es que ella volvía a poner un poco de orden en nuestras vidas, se preocupaba otra vez de nosotros. Aunque cada vez tenía menos tiempo... Porque aunque se había dejado el trabajo cada vez estaba más metida en el hospital con el niño este. Además de seguir organizando las cosas de su casa y cuidando de su hermano pequeño. Y bueno, había hecho amigos nuevos porque muchas veces salía con los amigos de la novia de su primo. Y sabía que uno de esos amigos nuevos ya se había convertido en un moscón que iba detrás de ella porque la había invitado a cenar varias veces y la llamaba casi todos los días... Pero si a Lola le gustara supongo que me lo hubiese dicho...

Una tarde que vino para ver a Txema hablamos del tema:

- ¿Quieres un café?
- Ouh yeah. Voy a ver al enfermito.

- Javi, llevas puestos mis pendientes
- Bueno te los dejaste aquí hace tiempo y me gustan los de madera
- Da igual, quédatelos, pensaba que se me habían perdido
- Dentro de nada es San Valentín, podríamos salir los tres a cenar, hace tiempo que no salimos
- No puedo, tengo una cena
- ¿Con quién?
- Mi primo, su novia, su hermana, su amigo y un montoncito de gente que no conozco...
- ¿Y cuál es el plan?
- Pues ir de cena y luego al barrio, supongo que a bailar pachanga asesina
- Oye al tío ese le gustas no?
- Escuchaste el cd de Tool que te dejé?
- No me cambies de tema, sólo es curiosidad
- El otro día me pidió salir
- ¿En serio? ¿Y qué le dijiste?
- Pues que ahora mismo no
- ¿Ahora mismo significa que puede ser que algún día sí?
- Ahora mismo no significa que no, pero el tío se lo ha tomado bien, no se rinde
- ¿Y qué vas a hacer?
- Joder pues no voy a hacer nada, voy a ir a mi bola, estoy hasta el moño de todos. Con 17 años ya tenía un novio y estuve saliendo dos años y después otros dos años con el otro. Me he pasado toda la vida con novio, ahora no quiero salir con el primero que me lo pida, quiero pasarlo bien, no es tan difícil de entender. Mi abuela es la única que me da buenos consejos.
- ¿Qué te dice tu abuela?
- Pues que me ponga guapa y que deje que todos me saquen a bailar, pero luego me vuelva a casa sola. Y es lo que voy a hacer. Salí mucho tiempo con un cerdo y ahora es mi momento.
- Pues tu abuela tiene razón. Siempre eres demasiado buena, así que ya va siendo hora de que saques tus armas de mujer y te aproveches de todos.
- Mi plan no es aprovecharme de todos. Tampoco es plan de herirle los sentimientos a nadie.
- Lola mírame. Te lo debes a ti misma. Despendólate y vuelve a coger autoestima. Necesitas sentirte otra vez bien contigo misma. Además últimamente no has parado.
- ¿Sabes lo que me dijo el chico este?
- ¿Que?
- Que en la cena piensa emborracharme para luego aprovecharse de mí.
- Joder, eso no se dice...
- Yo me he hecho la tonta pero ese comentario lo va a pagar caro porque se tendrá que dar una ducha congelada por gilipollas. Voy a ponerme el vestido negro y le daré bola al principio...
- Lo que el chaval no sabe es que eres una pirata
- ¿Una pirata?
- Lola, no sé como lo consigues pero no hay quien te tumbe bebiendo ron.
- Choca esos cinco!

Pues nada. Lola volvía a estar en el mercado con todas las consecuencias. Y era verdad que necesitaba recuperar su autoestima y yo estaba dispuesto a ayudarla, aunque tuviera que animarla a que salier con otros chicos. Pero por otro lado sabía que ella no era mala porque siempre tenía los sentimientos de los demás en cuenta. Tenía que superar esta prueba...

10/2/09

64

Lola durmió toda la mañana, pero se fue al sofá. Txema no había pasado la varicela tampoco pero según Lola ya estaría incubando el virus. Así que fui a su habitación para contagiarle...

- Ven aquí amigo, dame un besito
- No Javi, no seas cabrón, vete de aquí

No le hice caso y lo abracé, intenté chuparle la cara pero se apartaba y empezó a gritar.

- Dice Lola que ya estarás infectado
- ¿Infectado? ¿Cómo si fuera un zombi?
- Eso es, dentro de nada te empezarán a salir granos y pasarás lo mismo que yo. Que por cierto, me has cuidado de pena...
- Es que pensaba que estabas en la cama por depresión
- Bueno, al principio era eso, pero ni siquiera entraste para ver como estaba
- Bueno, pero convencí a Lola para que viniera. Parece que ya no está enfadada contigo, habla con ella porque fuiste tú el que dijo de no veros por un tiempo
- Me ha visto dos veces desnudo y ni siquiera se inmuta, está claro que no le gusto
- Tío, la primera vez estabas cubierto de sangre y anoche tenías fiebre.
- Bueno, eso también es verdad
- Además a Lola no le gustan los tíos con abdominales, no es tan superficial
- No es que sea un requisito para gustarle, pero si un tío tiene abdominales ninguna chica pone pegas. Vamos a preguntárselo
- Si la despiertas te mata
- Que no, me he pasado dos días con cuarenta de fiebre, estoy eufórico, ven conmigo

Por suerte para mí Lola ya estaba despierta, seguía tumbada en el sofá, pero despierta

- Lola, Txema y yo estamos discutiendo sobre mis abdominales. Queríamos saber si a las chicas les gusta
- Javi, ¿cuándo te has vuelto un idiota de remate?
- Eeeh, no sé pero contesta
- Yo que sé, a mi me la bufa
- ¿Te la bufa?
- Vamos a ver, la pregunta exactamente es si estás bueno para las chicas del planeta o si concretamente estás bueno para mí
- Pues si no es mucha molestia, podrías contestar las dos cosas
- Te estás volviendo un engreído. Sí, estás muy bueno... todas las chicas del planeta querrían salir contigo
- Entonces por qué tú no!
- A mí también me parece que estás buenorro, pero tus abdominales me dan igual, si quieres gustarme déjate barba
- ¿Prefieres un tío con barba a que tenga estos pedazo de abdominales?
- Sí
- Pero es que ya tengo el pelo largo, si me dejo barba no se me verá la cara
- Javi, aunque te dejes barba no voy a salir contigo
- Entonces por qué metes cizaña?
- Porque no paras de preguntarme, no sé que te pasa hoy, estás atontado. ¿Desde cuando te preocupan estas cosas?
- Desde que la chica que me gusta no me hace ni caso
- Javi, te ponía un termómetro cada dos horas, ¿eso no significa nada para ti?
- Vale perdona, sí que es verdad que estoy atontado. Es que como nunca cuentas tus cosas
- Pero si te lo cuento todo. Sabes todo de mí!!
- Sí pero nunca me hablas de chicos.
- Pues pregunta lo que quieras, no te hablo de chicos porque siempre he tenido relaciones largas... y bueno es que no sé, nunca me fijo en chicos, no sé que me pasa
- Eres rara
- Y dale con que soy rara. Oye yo tengo mis momentos calentorros pero no estoy todo el día pensando en lo mismo como si fuera un mono. Además, sé que ahora mismo me vendría bien un revolcón pero no puedo enrollarme con nadie. Me da un poco de asquito
- ¿Asquito?
- Sí, no puedo meter mi lengua en la boca de un desconocido, me da mucho asco
- ¿Ves como eres rara? Es que si lo pintas así también me da asco a mí. Eres demasiado romántica
- No es cuestión de romanticismo. Y si estás pensando que soy frígida la respuesta es no.
- Nunca he pensado eso. Pero sí creo que el capullo con el que saliste ha sido tan malo contigo que vas a tardar bastante tiempo en recuperar la autoestima. Por cierto, al poco de que cortárais yo ya te estaba presionando con lo de salir juntos. Creo que nunca te he preguntado como estabas... Y quería pedirte disculpas porque presiento que te he decepcionado como amigo, ¿no es así?
- Joder, por fin! Menos mal que lo has dicho porque me estaba comiendo por dentro. Es verdad Javi, estaba enfadada contigo porque me has decepcionado. Te fuiste sin decir nada. Yo estaba fatal y no podía contactar contigo y cuando volviste estabas muy distante y de repente me sueltas todo y te enfadas conmigo. Y yo aún no he tenido tiempo de asimilar mi ruptura. Bueno sí, la he asimilado y sé que ya no va a volver pero aún me duele. Y ahora tengo muchos sentimientos confundidos y... y es que a veces...
- Vale Lola, vamos a hacer una cosa. ¿Me perdonas?
- Claro que te perdono. ¿Y tú a mí?
- Ven aquí anda. -Nos abrazamos- Vamos a empezar de nuevo. Vamos a ser los mejores amigos otra vez. Y lo que tenga que pasar, pasará.
- Javi
- ¿Qué?
- Dime que en el bolsillo llevas el mando a distancia o algo así
- No... no es el mando a distancia. Lo siento, es que te has pegado demasiado
- ¿Nos soltamos ya?
- No sé, bueno, pero no mires

En ese momento entró Txema, que al vernos abrazados se unió a nosotros y gritó "dadme varicela". La verdad es que me sentía otra vez yo mismo. Y Lola también volvía a ser ella. Lo que tuviera que pasar seguro que pasaría, pero una cosa ya estaba clara. Por nada del mundo teníamos que romper nuestra amistad.

5/2/09

63

Txema me contó que había visto a Lola y me contó lo del niño con cáncer que visitaba. Pero no me dijo que iba a venir por la noche, supongo que para que yo no me pusiera a esperarla por si después al final no venía. De todas formas, no hubiera podido levantarme, tenía fiebre y entré en el mundo de las pesadillas.

Lola llegó pero no entró a verme hasta pasado un rato. Se quedó con Txema ayudándole en la cocina:

-¿Qué tal te ha ido en el hospital?
- Fatal, esta mañana le tocaba sesión de quimio y lo deja destrozado. Luego se pasa la tarde vomitando. Cuando ha llegado su madre ya estaba dormido así que la he acompañado a cenar y ya me he venido.
- ¿Pero tú has cenado ya?
- No, yo no. ¿Cómo está el rey del drama?
- Mal, no le baja la fiebre ni a patadas. Hace un rato estaba delirando, dice unas cosas más raras.
- ¿Lo has llevado al médico?
- No
- ¿Cuánta fiebre tiene?
- No lo sé, no tenemos termómetro
- Joder Txema, sois un par de desastres
- Si es que nunca nos ponemos enfermos. ¿Dónde vas?
- Voy corriendo a la farmacia a comprar un termómetro. ¿Se está medicando?
- Mmmm
- Seguro que condones no os faltan pero no tenéis ni una puñetera aspirina.
- No nos pegues la bronca, tú eres la responsable. Deberías habérnoslo dicho antes
- Txema, no estoy de humor. Y estoy cansada de ser la madre superiora... Y baja un poco el fuego. Ahora vengo.

Entraron los dos a mi habitación. Pensaba que tenía visiones.

- Joder, huele fatal. ¿Es que no le ventilas la habitación Txema?
- Pues no se me había ocurrido.
- Pero espérate, no abras aún. Voy a ponerle primero el termómetro y luego me ayudas a cambiarle el pijama
- ¿Por qué?
- Porque está empapado. Y también hay que cambiar las sábanas. ¿Cuánto tiempo lleva sin comer?
- Tres días
- ¿Y no se te ocurre llevarlo al médico?
- No me imaginaba que estuviera tan mal...

- Ey, Javi, levanta un poco el brazo que voy a ponerte el termómetro. Txema, coge pañuelos de tela y mójalos
- ¿Lola, eres tú?
- Sí, soy yo. ¿Cómo estás?
- Fatal, creo que me muero
- Ssh, no te muevas. He traído medicamentos, tienes que comer algo, sobretodo beber. Créeme, te morirás pero hoy seguro que no
- ¿Por qué has venido?
- Porque eres un teatrero. En vez de regalarme flores como haría un chico normal tienes que ponerte enfermo
- Yo soy un chico normal, te regalaría flores pero tú no eres normal, me las harías comer. Lola, creo que voy a ponerme a llorar
- ¿Por qué? ¿Qué te duele?
- Me duele todo, el alma entera. No te vayas más. ¿Ves? Estoy tres días sin verte y caigo enfermo. Para que luego digas que no te quiero
- Vale Javi, calma. No te muevas, el termómetro
- No te vayas
- No me voy
- Júralo
- Te lo juro. Vale, tienes 40 de fiebre, es una pasada. Si se pasa de 40 te llevamos a urgencias y si no te baja en unas horas también. ¿Puedes moverte?
- Estoy mareado, me siento apaleado.
- Vale, voy a ver qué hace Txema y te levantamos entre los dos. Tenemos que cambiarte ese pijama y las sábanas
- No llevo calzoncillos
- Javi, eres todo un gigoló. Si pudieras salir desnudo a la calle lo harías así que no me digas ahora tonterías. Ahora vengo

- Txema, necesito que me ayudes a moverlo. Tiene 40 de fiebre
- He sacado las sábanas, toma
- ¿No tienes de lino o de algodón?
- No lo sé, supongo. ¿Por qué?
- Porque absorven mejor el sudor
- ¿Cómo sabes todo eso?
- Tengo hermanos pequeños... La comida no importa tanto pero sí que es importante que tome mucho líquido
- ¿Cómo qué?
- Jo, pues agua o zumos. Nada de café, té o coca-cola. ¿Tienes los pañuelos?
- Sí
- Ale, pues vamos al tema...

- A ver guaperas, esfuérzate un poco que no eres un muñeco de trapo. Voy a quitarte la camiseta. Txema, no te quedes embobado y échame un cable, eres un ayudante espantoso.
- No sabes cuanto he deseado que llegara este momento
- ¿Qué momento?
- El momento en que me dijeras "voy a quitarte la camiseta"
- Javi, cállate. Y Txema tú también, deja ya de reirte. Dios!! Dame fuerzas para soportar a este par de mendrugos. Ala! Pero si tienes la varicela. Fíjate si eres inmaduro que tienes la varicela ahora. ¿Tú la has pasado verdad Txema?
- No lo sé, voy a llamar a mi madre.
- Pero no te vayas, ayúdame
- No quiero contagiarme
- Si no la has pasado ya te habrá contagiado. Son dos semanas de incubación al menos...

- Espera Lola, yo me cambio los pantalones
- No pensaba quitarte los pantalones yo sola Javi, y más con las tonterías que dices
- ¿Lo de la varicela es grave?
- Pues los adultos lo pasan peor que los niños la verdad, puede complicarse, pero con los medicamentos seguro que te pondrás mejor. Siéntate ahí que voy a cambiarte las sábanas.
- Eres la enfermera más dulce que he conocido.
- No soy enfermera. Y tampoco soy dulce
- Qué mentirosa, en realidad no eres tan mala como quieres aparentar
- No quiero aparentar nada, soy como soy y punto. Y calla ya. Ahora tienes que comer algo porque no puedes tomarte el medicamento con el estómago vacío.
- Pero estoy muy débil, me lo tienes que dar tú.
- Oye Javi, mi comprensión tiene un límite, no lo sobrepases. Ale ya está, acuéstate.

Mientras Txema me hacía algo para cenar Lola me mojaba la frente con agua tibia. Realmente estaba malo y medio dormido, así que Lola acabó por darme la cena. Me dio el medicamento y me obligó a tomar un montón de agua para poder sudar agusto. Cada dos horas me ponía el termómetro. "No me muevo de aquí hasta que no te baje la fiebre, hay que controlar que no te suba más" Y no se movió de los pies de mi cama en toda la noche. No pegué ojo, tenía pesadillas y sudaba. Lola me acercaba el agua y aunque no tenía sed, bebía. La fiebre me bajó a 38'5 y conseguí dormir algo.

Me desperté al amanecer y ahí estaba ella. Dormida como un tronco en los pies de la cama. Me pegó un susto de muerte porque se levantó de un salto gritando:

- Mierda, me he quedado dormida, tengo que llevar a mi hermano al colegio y se me hace tarde.
- Sssh, Lola, tranquila, aún son las 6 de la mañana
- Vale, me da tiempo a desayunar
- Lola, es sábado. No hay colegio. Y tu hermano no está en casa, está con tu padre.
- Joder, el corazón me va a mil. Menos mal, qué susto me he pegado.
- El susto me lo has dado a mí, vaya salto has pegado. ¿Tienes un despertador en la cabeza o qué?
- Supongo que mi cuerpo se habrá acostumbrado a levantarse a las 6
- ¿Pero por qué te levantas siempre tan temprano?
- Tengo que dejar la comida preparada, llevo a mi hermano al colegio y me voy a comprar. Qué dolor de cuello. ¿Cómo estas?
- Cabeza despejada. No tengo fiebre. No sabes como te lo agradezco
- ¿Te pica?
- No
- Pues es una suerte. A mi me picaba un montón así que iba restregándome con mi madre como si fuera un gato. ¿Tienes hambre?
- La verdad es que sí. Iba a prepararme algo
- No, déjalo. Tienes que reposar, ya te traigo un zumo y una tostada
- Lola, de verdad, no hace falta, ya has hecho mucho
- Que no, te lo preparo en un momento, yo también me haré algo pero creo que después me voy a tirar al sofá
- Puedes dormir aquí, mi cama es gigante. Ni siquiera nos rozaríamos
- Ya veremos. No es mi estilo acostarme con un enfermo
- Me gustaría saber cuál es tu estilo
- La tostada te la pongo con aceite o mantequilla
- Con aceite

4/2/09

62

Todo empezó a ir mal. Pasé tres días en cama, sin moverme, sin comer. Enfermo. Reprochándome todo lo que había pasado. Tenía que habérselo dicho antes. No tenía que habérselo dicho nunca. Ojalá no se hubiera cruzado en mi vida. Mujer cruel. Me había hecho daño. Me había convertido en una persona débil. Nunca había llorado antes por una chica. Empezaba a odiarla. Engreída estúpida. Loca histérica. Por qué tuvo que encontrarme aquel día. Por qué no me dejó morir. No me preguntó si quería que me salvara. La odio, la odio, la quiero. No puedo estar con ella. No puedo estar sin ella. Quiero morir.

Txema se enfadó conmigo. Te dije que no la cagaras. No habéis salido juntos y ya no os soportáis, me siento como un niño con unos padres que se acaban de divorciar. Todo esto es una mierda, es por tu culpa, por cabezón.

Txema la llamó. Quedó con ella, le suplicó. O eso me contó:

- Lola, tienes que arreglar las cosas con Javi
- Fue él quien quiso poner distancia. Txema no tengo ningún problema contigo. Pase lo que pase siempre serás mi amigo. Pero ahora no puedo ver a Javi hasta que no se aclare.
- ¿Tú siempre lo tienes todo claro?
- Nunca
- Lola, Javi es idiota vale. Pero es que de verdad que te quiere, desde el primer día que te vio. Puede ser un amor platónico o puede ser tu media naranja. Eso no lo sabéis. Lo que está claro es que hay algo que os conecta. No podéis acabar así. Joder, me acuerdo de un día que os sangró la nariz a la vez. Seréis almas gemelas o alguna gilipollez de esas. No sé. Lo único que sé es que lleva tres días sin comer. Está enfermo, con fiebre y delira.
- Bueno, hoy en día la gente ya no muere de amor. Ahora tengo otros problemas, no puedo estar siempre detrás de Javi.
- Lola, por favor. No seas orgullosa por una vez en tu vida y pásate por casa. Lo estás deseando y lo sabes. Desde que no habláis vais perdidos. ¿Y todos estos cómics que llevas en el bolso?
- Son de los X-Men. Se los llevo a David.
- ¿Quién es David? ¿Ya has conocido a alguien, tan pronto? La verdad es que pensaba que sí sentías algo por Javi aunque no lo quisieras reconocer. Bueno, no le digas nada a él. Mejor que no se entere porque no sé qué podría pasar...
- Oye Txema para el carro. David tiene 7 años. Está en el hospital.
- ¿Por qué?
- Tiene cáncer.
- Lo siento. Pero, ¿quién es?
- Hace tiempo intenté apuntarme a una ONG. Era para acompañar a niños con cáncer. El primer día conocí a David, un niño muy especial y enseguida hice migas con él y con su madre. Es madre soltera y no tiene familia aquí. Es una mujer admirable, me recuerda a la madre de Javi. Es muy fuerte y joven. Pero está sola y ahora mismo está en un mal momento porque David está en las últimas. Ella tiene que trabajar pero se pasa el día entero en el hospital. No quiere dejar a David ni un segundo solo. Nos hemos hecho amigas así que ahora paso bastante tiempo en el hospital y ella puede descansar a ratos. Estos cómics son para él, le gusta la Patrulla X.
- ¿Cuánto tiempo llevas haciendo esto?
- Más de un mes
- ¿Y por qué no nos has dicho nada?
- Mira no se lo he dicho ni a mis padres.
- Pero ¿por qué no?
- Porque son crueles. Haga lo que haga está mal vale? Y luego todo lo que digo o hago puede usarse en mi contra. Mi padre siempre me dice que estudiaré mucho Trabajo Social y seré muy buena con los demás pero que en realidad soy una arpía. No quiero que utilicen a un niño con cáncer para hacerme daño. No lo hago para parecer buena de cara a los demás.
- Lola pero eso que haces acabará contigo. No puedes siempre cargar con las angustias de los demás. ¿En quién te apoyas tú? Ese niño va a morir y te estás implicando demasiado. No puedes ser fuerte siempre, necesitarás apoyo tú también cuando llegue el momento.
- Te lo agradezco Txema, pero de verdad que estoy bien
- No Lola, te conozco. Te encantan los niños, se te dan de maravilla. Enseguida te quieren y tú les quieres a ellos. Seguro que el niño ese te cuenta cosas que no le contará a su madre. Pero Lola si estás pálida y con ojeras. No tengas miedo en pedir ayuda de vez en cuando. Soy tu amigo y Javi también. ¿Quieres que vaya un día contigo?
- Vale
- Ven aquí anda. ¿Cuánto tiempo hace que te estás aguantando las lágrimas?
- Mucho
- Bueno, tranquila. Oye, mira, si ahora mismo no quieres ver a Javi lo entiendo. Yo le cuidaré, seguro que unos días se levanta. Tú no te preocupes por él, que esto es una competición de ver quien es más testarudo...
- No, iré a verle. Ahora voy al hospital y luego me pasaré por vuestra casa vale?
- Vale, ¿compro comida china para cenar?
- Bueno, pero no pidas las cosas esas con forma de oreja, me da repelús

3/2/09

61

Cuando llegué a la cafetería ya estaba Lola sentada. Leía un cómic y había pedido un trozo de tarta de manzana. Me senté en frente de ella pero casi ni levantó la vista.

- Mmm, tarta de manzana, qué buena. - Le cogí un trozo y ella pegó un salto en la silla
- Qué susto me has pegado, tío, la tarta de manzana no es mía, ya estaba aquí cuando he llegado.
- Gracias por avisarme mujer cruel
- Pero si te has lanzado a por ella como si no hubieras comido en años, en vez de venir a saludarme como dios manda
- Si no has levantado la vista del cómic
- Pensaba que eras el camarero. ¿No te gustaría ser un mutante? Porque a mí me parece chachi
- ¿Chachi? ¿Vuelves a tener 8 años o te has trasportado al siglo pasado?
- Perdona Javi, que eres una persona adulta y a parte de salir siempre con modelos todas tienen un máster en Lengua
- Sí, jeje
- Me refiero a Lengua de lenguaje, das asco!
- No me gustaría ser un mutante, ya somos bastante raritos ¿no crees?
- Sí, por eso. Como somos raritos sería CHACHI tener algún poder
- Bueno Lola, Feliz año y todo eso
- Feliz Ano diría yo porque presiento que este año me van a dar mucho por culito. He dejado el trabajo. Ah, hola! - se dirije a la camarera - tráenos dos cafés con leche y dos tartas de manzana por favor
- Lola, acabas de pedir por mí.
- Perdona, ¿querías otra cosa?
- No
- Pues ya está. Me encanta Tool
- Y eso a qué viene ahora
- Que no paro de escuchar el disco Aenema de Tool y me pone a mil. Tengo ganas de ir a algún concierto grande. Bueno, ¿ y qué tal todo? ¿al final vino tu chica de Granada?
- No tengo chica. Oye vamos a dejarnos ya de tonterías y dime las cosas claras. ¿Por qué no quieres salir conmigo? Algo te gusto no me lo niegues.
- Nunca te lo he negado. Claro que me gustas pero no quiero salir contigo
- Pero por qué. He visto como me miras el culo
- Venga ya! Sabes de sobra que no entiendo de culos, nunca me fijo en esas cosas, además tienes ojos en la nuca o qué
- No, me lo acabo de inventar. Sé que no te interesan los culos
- Ese es el problema Javi. Lo sabes todo de mí y yo de ti. Si salgo contigo me estaría saltando un montón de pasos. Es como si estuviéramos casados. No quiero salir con un tío que me lee el pensamiento
- Venga Lola pero si estás loca. Yo sería tu loquero.
- Yo soy la loca pero fuiste tú el que intentó cortarse las venas. Venga Javi, no me jodas.
- Eso es un golpe bajo
- Vale, no quería decir eso. Lo siento. Pero ¿lo ves? estaríamos siempre discutiendo. Javi, somos amigos, los dos sabemos eso. No puedo ni imaginarte desnudo, me entra la risa.
- Pues yo sí que puedo imaginarte desnuda. De hecho ahora mismo te estoy viendo las tetas y son estupendas. Lola cuanto más me digas que no, más te quiero yo
- Primero, no me imagines desnuda y si lo haces no me lo digas y segundo ¿cómo te imaginas nuestra primera cita?
- No lo sé, no he pensado en eso todavía. ¿En serio te da la risa si piensas en mí desnudo?
- No. No pienso en ti desnudo. Y ya te he visto desnudo. El día que te encontré ensangrentado. Si alguna vez me intento suicidar lo haría en ropa.
- ¿Por qué hablas de ese tema con tanta naturalidad?
- Porque las cosas hay que hablarlas así, sería más traumático si lo convertimos en un tabú
- ¿Te dio tiempo a verme entre tanto caos?
- Javi, estabas desnudo. En ese momento no me fijé pero días después me acordé. Estás demasiado musculoso para mí. Pareces un GiJoe.
- Joder Lola, es imposible tener una conversación seria contigo. Este tema me está angustiando sabes. Y creo que si te lo tomas tan a la ligera no deberíamos vernos en algún tiempo.
- Eso es lo que creo yo.
- A veces eres la dama del hielo. Hasta luego.
- Eh, Javi, siéntate. Fui yo la que dijo de quedar hoy para hablar. ¿Y de qué hemos hablado? De nada. Te estoy intentando explicar lo que siento vale y no paras de decir tonterías. ¿Te crees que esto no me angustia a mí? ¿De verdad crees que me lo estoy tomando a cachondeo? Porque parece que me preocupo más yo por no estropear lo que tenemos que tú. Pero claro, tú que sabrás de relaciones si nunca has tenido una. ¿Cuánto te duran las chicas Javi? Lo que te dura el polvo, y como hace más de un mes que no te acuestas con ninguna parece que la presión te nubla el cerebro. Pues sabes qué, yo me lo hago sola y mira qué bien estoy. No necesito quedar contigo para que me digas que tengo unas tetas estupendas. Ya sé que son estupendas. Y si saliera contigo no te vayas a pensar que a los dos días íbamos a acostarnos. De hecho, no pienso tener sexo nunca más, al menos con nadie.
- Eso es porque has tenido una mala experiencia, no sabes de qué estás hablando. Oye mira Lola, siento lo que te he dicho de tus tetas y todo eso. Es que no sé, de verdad que no entiendo por que no quieres salir conmigo. Nunca te arriesgas. Me has enseñado a vivir y a disfrutar de las pequeñas cosas pero luego tú no haces nada. No quieres salir conmigo porque estás acojonada. Te da miedo que nuestra relación no funcione.
- Me da miedo perderte como amigo. Hoy en día la gente ya no se soporta. Es difícil encontrar una pareja que te quiera de verdad, pero es más difícil encontrar un amigo. Javi tú eres el primer amigo que tengo. En realidad eres el único. Y contigo he aprendido un montón de cosas como lo de saber perdonar por ejemplo. Sé que me quieres, no tienes que demostrarme nada. Siempre te preocupas por mi y me cuidas. Y cuando estoy contigo me siento yo misma. No das importancia a todas mis manías. Pero eso es porque somos amigos. Si ahora nos metemos en una relación los dos cambiaremos. Nos empezaremos a exigir cosas y lo peor será cuando nos las reprochemos. Además, ya parecemos un matrimonio...
- Sé que tienes razón pero yo creo que deberíamos intentarlo.
- No creo que pueda Javi.
- Me estás dando de comer cuando yo me estoy muriendo de sed
- Lo siento
- No pasa nada, Lola. No te sientas culpable. Yo no me arrepiento de nada. Yo, yo...
- Javi, me estás diciendo que ya no quieres verme?
- No sé, es posible. Cuídate.

Le di un beso en la frente y me fui. Quería meterme en la cama y no levantarme nunca más.