11/10/08

47

Hubo una época en la que Lola se estresó bastante con el género masculino. En menos de un mes la atracaron varias veces. Un yonqui le pidió dinero para comprarse droga y Lola le dijo que no hasta que el yonqui le dijo que no le importaba matarla porque estaba con el mono. Otro tío le robó la mochila y salió corriendo pero Lola lo persiguió, tuvo suerte porque al final el tío le devolvió la mochila... Pero lo peor fue una noche que salió de madrugada del trabajo y un hombre no paraba de seguirla diciéndole cosas asquerosas. Lola se percató de que junto al hombre había también un coche que los seguía con las luces apagadas. Cuando el hombre la agarró del brazo Lola le dio un empujón y salió corriendo. Suerte que era una calle donde había un cuartel de la Guardia Civil porque el hombre se metió rápido en el coche y salieron echando chispas. Me llamó a las tantas, llorando y me lo contó todo.

Fui corriendo a recogerla, creo que fui hasta en pijama.

- Lola, ¿estás bien? ¿te ha hecho algo?
- Sí, estoy bien. Siento haberte despertado. Es que no hay ningún puto taxi y mira, estoy temblando
- Calla, calla. Tranquilízate. - La abracé
- Joder, es que vaya capullo.
- ¿Te has quedado con la matrícula del coche?
- No
- Bueno no pasa nada. Lola no puedes ir un día entre semana a las tres de la madrugada tú sola por la calle.
- Pero si lo hago todos los días.
- Lola pero eres carne de cañón. A estas horas la gente normal duerme y la gentuza sale de caza. No sabes la suerte que tienes, ¿tú no ves nunca las noticias? Imagina que el tío te mete en el coche, o que el conductor sale y te cogen entre dos. No creo que el cerdo ese quisiera jugar a las cartas.
- Joder vale. No me pegues la bronca ahora. Yo no tengo la culpa de que me pongan todos los días en el turno de noche. Además antes de llamarte a ti he llamado a mi novio pero a estas horas tiene el teléfono apagado.
- Claro Lola. Es normal tener el móvil apagado porque como tú eres SuperGirl...
- Joder Javi, vale ya
- Coño Lola lo siento. Es que no sabes el susto que llevo en el cuerpo. Ahora mismo tengo ganas de reventarle la cabeza a alguien. Y me jode porque tú estás todas las noches sola y tu novio duerme tranquilamente. No lo entiendo. Si él no te quiere recoger yo lo haré.
- Claro y que vas a venir de Valencia todos los días no?
- Tienes razón...

Al día siguiente estábamos dando un paseo por la Explanada y en esa zona hay mucha venta ambulante entonces había como un puesto de marroquinería y varios tío empezaron a decirle algo a Lola y a lanzarle besos. Yo le dije a Lola que pasara y que no les hiciera caso pero entonces el grupo de tíos empezó a reirse y uno de ellos le enseñó el pene. Ahora lo recuerdo y me hace gracia pero en esos momentos creí que Lola iría a la cárcel porque se avalanzó sobre el tío y comenzó a pegarle. El grupo de tíos creo que se asustó un poco con aquella reacción porque supongo que estaban tirando toda la tarde besitos a todas las chicas que pasaban y no se esperaban que alguna de esas chicas le destrozara el puesto de bolsos.

El caso es que Lola se volvió loca. Empezó a decir un montón de tacos ofensivos que incluían a Alá y los cojones de Mahoma y dió una patada al puesto. Luego al tío ese le empezó a pegar con el bolso. Yo la intenté separar pero no pude.

- Lola venga tranquila. Déjalos en paz
- No les pienso dejar en paz. Suéltame

La cogí de la cintura y fue peor porque aprovechó para dar patadas voladoras. Los tíos empezaron a gritarnos en árabe, yo no entendía una mierda pero Lola los insultaba en italiano (porque tenía un compañero siciliano que le había enseñado todos los tacos). Estaba poseída y pensé que en cualquier momento le iba a estallar la vena del cuello. Le susurré en el oído que no podía pegar a la gente, que era delito. Se soltó y empezó a gritarme a mí también.

- ¿Que no puedo pegar a la gente? ¿Que no puedo pegar a la gente? ¿A mi me pueden enseñar la polla y yo no puedo pegar a la gente?
- Vale Lola, dale caña

Entonces Lola se giró y le dio otra vez con el bolso
-Mira tío, voy a pasar por aquí todos los días. Trabajo ahí mismo y voy a vigilarte. Como te vea que haces un comentario ofensivo a alguna mujer o que te desabrochas algún botón del pantalón te juro por todas las religiones del mundo que vengo y te rebano la polla. Y ahora mismo quiero que me pidas perdón.
- Perdona señora
- Señora no. Señorita. ¿Sabes cuantos años tengo desgraciado? Tengo 19 años y tú me doblas la edad. Da gracias a dios que la tuya no es la primera polla que veo porque si no te hubiera cortado en pedazos. Estoy hasta las narices de esa mentalidad así que recuerda hoy cuando te vayas a la cama que una chiquilla te ha reventado la nariz.

Lola tuvo suerte otra vez porque ganó a aquel grupillo de pervertidos porque si se hubieran puesto chulos me hubiera tocado pringar. Menos mal que la cara de loca le sale bien...
No sé porque hoy me ha venido a la cabeza esa anécdota. Será que hoy he visto como un grupo de chicos le decían cosas obscenas a una chica. Creo que la chica no tendría ni 15 años y la pobre se ha puesto a llorar. He estado a punto de decirles algo a los chavales pero al final me he callado y ahora me siento como un capullo. Me pongo en el lugar de Lola o de cualquier chiquilla y me siento mal. Y eso que es una sensación que dudo que la mayoría de hombres sintamos alguna vez. Lo que pasa es que Lola vive en un universo paralelo de cómic de Sin City o algo así...

1 comentario:

Anónimo dijo...

estoy leyendo de atrás hacia delante, y aquí ya no he podido más que pararme y decirte... que tienes que publicar este libro... claro, cuando Lola te haya leído. De momento yo seguiré leyendo hasta llegar al 1. Y espero seguir leyendo más allá del 52! Abrazos