5/3/09

66

Txema se recuperó pronto de la varicela y yo más o menos me iba adaptando a todo. No me disgustaba mi trabajo, me daba para pagar el alquiler y gastármelo en cervezas el fin de semana. No me preocupaba por el futuro. Tenía claro que no quería tener hijos y que probablemente nunca me comprometería con nadie. Como todo siguiera así me veía de viejo junto a Txema. Lo cual tampoco me importaba mucho porque aunque Txema y yo somos bastante diferentes ambos queríamos cosas parecidas. En resumen, no nos quejábamos porque tampoco nos iba mal. No teníamos muchas preocupaciones, al menos, no eran tan reales como las de Lola. Porque ella sí que tenía que hacer un montón de cosas. Y joder, es mucho más complicada, o por lo menos se complica más la cabeza porque nunca deja de pensar, era incapaz de relajarse, siempre iba como una moto de aquí para allá. Su madre tenía problemas, su hermana adolescente tenía problemas, también tenía que hacerse cargo de su hermano pequeño, no le gustaba su carrera y ahora también se preocupaba por el niño con cáncer...

Aunque estaba estresada fue recuperando su vitalidad. No sé si llamarlo vitalidad pero es que a Lola le viene la energía por la risa. Volvía a reirse y a hablar por los codos aunque nunca estábamos seguros de si era real o una máscara para defenderse. El caso es que salía con gente diferente, iba a conciertos, se sentía más segura para hablar con uno y con otro. Más o menos hacía cosas que se supone que hace la gente normal. Y lo mejor de todo es que volvía a escribir, porque antes se pasaba horas delante de una libreta escribiendo historias pero por un tiempo lo dejó. Iba por rachas, siempre ha ido por rachas en realidad...

Le insistía mucho para que viniera con nosotros a ensayar. Teníamos un grupete con otro amigo y tocábamos en su garaje, la verdad es que nos pasábamos muchas tardes muertas allí. De vez en cuando Lola venía y le decíamos que cantara y eso parecía que le relajaba pero hacía mucho tiempo que no aparecía por allí. Así que la llamé, no para preguntarle sino para confirmarle:

- Lola, esta tarde te recojo y te vienes con nosotros a ensayar.
- Vale
- ¿Vale? ¿No voy a tener que rogarte?
- No, tengo ganas de veros... y de verte
- ¿En serio?
- Joder pues claro.
- Pensaba que hoy saldrías con alguno de tus pretendientes...
- No, hoy descanso de ellos y no te burles de mí anda.
- Vale pero dime quien va ganando de todos
- Ninguno. Oye a ninguno de ellos le he dado esperanza. Salimos, hablamos y nos reímos. Punto y final. Nunca habrá nada, son sólo amigos y lo dejé claro desde el principio así que no me hagas sentir culpable.
- No si yo sólo te lo pregunto por curiosidad. ¿Si tuvieras que llevarte a una isla desierta a alguno de ellos con cual te quedarías?
- ¿Pero qué te ha dado hoy? ¿Te refieres para procrear o para pasar el rato simplemente? ¿Hay monos en la isla?
- Vale Lola, déjalo que no me quieres contestar
- ¿Qué parte no entiendes de que no son pretendientes sino amigos?
- Sólo quería asegurarme
- ¿Para qué?
- Pues... para que tomes la decisión correcta y para saber eeeh
- ¿Saber qué? Me queda poca batería
- Para saber si aún tengo una remota posibilidad entre tanto chico nuevo
- Si me fuera a una isla desierta sabes de sobra que me quedaría contigo, mira que te gus...

Se cortó la llamada. Mierda. A ver cómo puedo retomar esta conversación sin parecer muy desesperado...

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Imposible retomarla sin parecer desesperado... a menos que nos sorprendas.
Saludos.

Bellota dijo...

Uy uy uy.... pausa dramática no? Tú si que sabes enganchar a la audiencia!!

Anónimo dijo...

La batería siempre se termina cuando menos te lo esperas!!

En el fondo te quiere, pero te tiene un poco de miedito